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Antes de comenzar queremos explicar el concepto de estabilidad y equilibrio, dentro del campo de la actividad física, y de qué modo es desarrollado y controlado por las diferentes estructuras de nuestro cuerpo.

El concepto de estabilidad corporal se refiere a la capacidad que tiene nuestro cuerpo para mantenerse en una postura concreta o equilibrio, puede darse ante un gesto estático (sin desplazamiento) o dinámico. Los componentes que intervienen para mantener la estabilidad corporal son la musculatura, los ligamentos y tendones y la visión,Todos ellos, a través de nuestro Sistema Neuromuscular (SN) , bajo los mandos del Sistema Nervioso Central (SNC).

Desde el punto de vista biomecánico, cuando hablamos del equilibrio, nos referimos a un concepto genérico que describe la dinámica de la postura corporal para prevenir las caídas, relacionado con las fuerzas que actúan sobre el cuerpo y las características inerciales de cada uno de los segmentos corporales, (Winter 1995). La fuerzas que pueden provocar un desequilibrio  o la pérdida del mismo, son,  la fuerza de la gravedad, estímulos externos, que hacen que nuestros segmentos corporales pierdan la estabilidad, que posteriormente nos llevará a un desequilibrio analítico o global.

Por tanto, la estabilidad y el equilibrio van de la mano y la pérdida de uno de ellos lleva a  la pérdida del otro.

A modo de ejemplo práctico, si nos ponemos de puntillas y los tobillos no están fuertes y capacitados para mantener la estabilidad de dicha articulación, no podremos mantener el equilibrio sobre las puntas de los pies.

Debemos tener en cuenta tres tipos de equilibrio:

Equilibrio estático: se produce cuando un cuerpo está sin movimiento o no se desplaza, por ejemplo, mantenerse de puntillas.

Equilibrio cinético: aquí el cuerpo está en movimiento rectilíneo y uniforme,  me mantengo de puntillas pero descendiendo y elevando los talones.

Equilibrio dinámico: aquí intervienen fuerzas inerciales, donde los movimientos no son lineales y varían la trayectoria, nuestro cuerpo va a estar en constante “lucha” para mantener el equilibrio y no caer. En este caso, a la vez que me mantengo de puntillas elevando y descendiendo los talones me lanzan un balón que tengo que coger con las manos.

En la propuesta que hacemos, vamos a desarrollar diferentes ejercicios con variedad de material para trabajar y  mejorar estos conceptos que brevemente hemos explicado.

Debemos insistir en la importancia de este tipo de trabajo, por lo que os animamos a trabajar estas capacidades al menos una vez a la semana, como complemento de cualquier actividad o deporte que se realice en vuestro día a día.

Otro concepto que se ha popularizado es propiocepción. La palabra deriva de sus raíces “propio” que significa de uno mismo y “cepción”que significa consciencia, por lo que podríamos definir este concepto como, la consciencia de la propia postura corporal con respecto al medio que nos rodea.

Constantemente llega a nuestro cerebro información acerca de la posición de nuestro cuerpo con respecto a nuestro entorno, lo que hará que se emitan respuestas, en forma de patrones de movimiento, los cuales pueden ser más o menos precisos, en función de cuánto y cómo lo entrenemos. La propiocepción se considera un sentido más de nuestro cuerpo.

La mejora de nuestro equilibrio y estabilidad va a mejorar nuestra funcionalidad corporal, lo cual facilitará el trabajo de nuestra vida cotidiana. Nuestro entorno nos estimula de manera constante, os vamos a poner un ejemplo:

Si vamos caminando por la calle y de repente, tropezamos con un bordillo, nuestro cuerpo va a reaccionar de dos maneras:

Si estamos entrenados y dentro de nuestros programas de entrenamiento incluimos trabajo de equilibrio, donde entran en juego nuestra musculatura y estructuras que intervienen en la estabilización, probablemente se quede en un tropiezo y nuestro cuerpo se reequilibre sin llegar a caer.

Si de lo contrario, no estamos acostumbrados o no trabajamos estas capacidades, nuestro sistema no será capaz de coordinarse para reequilibrar y estabilizarse o ante un estímulo que de repente no esperábamos, por lo que probablemente terminemos en el suelo.

He aquí una de las justificaciones más importantes a la hora de realizar actividad física de manera correcta, segura y eficaz, y es: mantener un estado óptimo de todos nuestros sistemas para mejorar nuestra calidad de vida, entre otros, que, poco a poco iremos comentando en las próximas publicaciones.

Y SIN MÁS DILACIÓN, QUE EMPIECE LA SESIÓN!!!

Autor: Diana Gómez