ENTRENAMIENTO DE FUERZA CONTRA EL ENVEJECIMIENTO
Entrenar la fuerza y la masa muscular ayuda a frenar el deterioro biológico.
Tal y como concluyen numerosos estudios, como el llevado a cabo por el grupo de investigación de la Universidad Católica de Murcia, el entrenamiento de fuerza ayuda a frenar el envejecimiento y es esencial para mantener la salud, la funcionalidad y la calidad de vida.
A medida que las personas envejecemos, tendemos a perder masa muscular y fuerza, lo que suele acarrear problemas de movilidad, equilibrio y funcionalidad. Sin embargo, tal y como ha quedado científicamente demostrado, el entrenamiento de fuerza en las personas mayores ayuda a frenar de manera eficaz ese deterioro biológico, mejorando significativamente, tanto la salud como la calidad de vida de quien lo practica.
Beneficios del entrenamiento de fuerza
Aunque los beneficios del entrenamiento de fuerza entre la población de la tercera edad son muchos, a continuación, desde Fitness Deluxe, os detallamos solo algunos de los más destacados:
Mejora de la fuerza muscular. El entrenamiento de fuerza ayuda a aumentar la masa muscular y la fuerza, contrarrestando la pérdida muscular asociada al envejecimiento.
Mejora de la autonomía. Al mejorar la fuerza y la movilidad el entrenamiento de fuerza contribuye a la autonomía de las personas mayores, permitiéndoles realizar actividades cotidianas de manera más independiente.
Aumento de la densidad ósea. La resistencia ejercida durante el entrenamiento de fuerza estimula el crecimiento óseo, lo que puede ayudar a prevenir la osteoporosis y reducir el riesgo de fracturas.
Mejora del equilibrio y la coordinación. El entrenamiento de fuerza, especialmente cuando se combina con ejercicios de equilibrio, ayuda a mejorar la estabilidad y la coordinación, reduciendo el riesgo de caídas, una de las mayores preocupaciones de las personas mayores.
Aumenta el metabolismo y, por tanto, ayuda al control del peso. A medida que se desarrolla masa muscular, el metabolismo tiende a aumentar, lo que puede contribuir al control del peso y a la prevención de la obesidad, un factor de riesgo para determinadas enfermedades.
Mejora de la salud cardiovascular. Aunque el entrenamiento de fuerza se enfoca principalmente en los músculos, también puede tener beneficios para la salud cardiovascular al reducir la presión arterial y mejorar la función vascular.
Mejora de la salud mental. El ejercicio, incluido el entrenamiento de fuerza, está asociado con beneficios para la salud mental. Puede ayudar a reducir el riesgo de depresión, mejorar el estado de ánimo y promover la función cognitiva.
Reducción del riesgo de enfermedades crónicas. La actividad física regular, incluido el entrenamiento de fuerza, se asocia con la reducción del riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer.
Mejora de la calidad de vida. Todos estos beneficios contribuyen, en definitiva, a una mejor calidad de vida en la vejez, permitiendo a las personas mayores disfrutar de sus actividades diarias, mantenerse activas y participar en actividades sociales.
Siempre bajo supervisión
No obstante, a pesar sus probados beneficios, es crucial que antes de comenzar cualquier programa de entrenamiento, las personas mayores consulten a su médico para asegurarse de que están lo suficientemente saludables para participar en actividades físicas intensas.
Una vez que se tenga la aprobación del médico, lo ideal es ponerse en manos de profesionales de la salud, como fisioterapeutas o entrenadores especializados en gerontología. Estos profesionales pueden adaptar el programa a las necesidades específicas y limitaciones de cada individuo.
La Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, en su Guía de Ejercicios para Mayores, presenta un amplio catálogo de ejercicios y una serie de recomendaciones especialmente pensado para sector de la población.